jueves, 7 de mayo de 2009

Yo lo veo asi

En mis momentos de ocio me gusta comparar mi situación con otras realidades para encontrarle un sentido más lógico. Formulé una metáfora entretenida que explica bastante bien lo que ha pasado.

Es como estar recostado sobre una baranda donde muchas otras personas lo están también. Uno solo está ahí contemplando y viendo mucha gente pasar. Demasiada gente pasa. Día y noche uno solo observa, en silencio, tranquilo. De vez en cuando una persona se detiene y mira a alguien que está recostado sobre la misma baranda. Uno no presta atención a eso, ¿por qué debería? Los años pasan y todo es igual. Aguardando solo en la quietud mientras la gente pasa y se detiene ocasionalmente para observar a otros compañeros que están cerca. Todo parece normal. Así es como es, pensé. Esto es lo que hay y todo está bien.

Un día de tantos, después de haber visto millones de personas caminar en frente mío sin siquiera verme de reojo, algo insólito pasa. Alguien se detiene justo enfrente de mí. Me conmociono ante tan extraño suceso, pero el evento no se detiene ahí. Me mira, me observa cuidadosamente, penetra en mí. Entra por mis ojos, recorre todo mi ser y comprende quien soy y todo lo que represento. Sonríe y se queda.

Una vida entera de observar una calle donde la gente camina y nunca jamás se detiene. Imaginen el asombro de alguien que solo ha vivido eso, al ver que alguien de la nada para.

Como podrán imaginar, miles de nuevas experiencias florecen. Nuevos colores aparecen. Todo sabe distinto, se ve distinto, se siente distinto. La tomo de la mano y me lleva lejos de ahí. Me transporta por un mundo desconocido para mi, lleno de ternura y de amor donde yo era su centro y ella el mío. Así juntos orbitamos alrededor uno del otro por un tiempo maravilloso y todo fue perfecto.

Sin embargo no todo podía ser así por siempre, hubiera sido demasiado bueno e injusto para el resto de la humanidad que jamás hubiera podido alcanzar ese grado de extrema felicidad explosiva en la que estaba, jaja. No no pero di si, todo eso se tuvo que acabar.

En el camino fui golpeado por un remolino brutal que me noqueó y me empujo muy lejos de ella. Caí lesionado y la contemple de lejos. Ella no puede esperarme y yo ahora yacía lejos, muy lejos e incapaz de seguirla. Ella no puede dejar de caminar y lo entiendo.

Ahora sí, ¿Cómo esperan que vuelva a la baranda a recostarme y ver pasar gente? ¿Habrá otras personas que se detengan? Si, muy probablemente las haya, pero después de todo este tiempo solo una persona se ha detenido y no hay nada que no haga parecer que esto fue un hecho aislado, algo maravilloso y extraordinario. Así que me parece verosímil el hecho de que me recueste en la baranda, no para ver a la estúpida gente pasar, sino, para recuperar fuerzas, curar las heridas y emprender el camino para alcanzarla de nuevo.

Hay miles de torbellinos mas adelante que me van a noquear de nuevo y tendré que empezar de cero muchas veces, pero no me molesta el tener que pasar por esto, ya que se que todo es por esa persona que se detuvo cuando nadie jamás lo hizo. Feliz espero con paciencia el momento de verla otra vez y agradecer ese gesto que cambió mi vida.

1 comentario:

  1. mirá a quién me encontré por acá.. jaja

    saludos

    si le quiere echar una ojeada al mio: www.siluetas-en-la-cortina.blogspot.com

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